Familiares de un chico con Síndrome de Down que fue abusado en Viale, cuestionan la lentitud en la causa. Señalaron que se hizo una Cámara Gesell y dio positivo, luego de un extenso peregrinar. Sin embargo, contaron que iba a realizarse una rueda de reconocimiento pero fue suspendida.

“La Cámara Gesell dio positiva, a dos años y un mes de la denuncia, logramos esto después de tanto lucharla contra todos los obstáculos”, indicaron. “Logramos que en la Cámara Gesell participaran profesionales capacitados para estos casos. Una psicóloga y un abogado que pertenecen al programa Adajus, dependiente de la Secretaría de Justicia y Derechos Humanos de la Nación”, señalaron.

Los familiares se mostraron molestos porque entienden que el chico abusado “nunca estuvo protegido por el Estado, no se cumplieron sus derechos y garantías. Lo expusieron y revictimizaron”, sostuvieron. También reclamaron que “la fiscal de la causa nunca los atendió”.
El caso
Este medio dio a conocer el caso en agosto de 2017 pero la denuncia se había presentado en marzo de ese año. Por el hecho se imputó a Jorge Maynard, un hombre que vive en Viale.
Según la denuncia inicial, cuando ocurrió el abuso, el acusado y el chico vulnerado trabajaban en la Municipalidad de Viale, precisamente en un tinglado donde se hacían tareas de herrería. Allí mismo habría sucedido la violación, en diciembre de 2016.

La trascendencia del caso armó un revuelo en Viale. Incluso el tema pasó al Concejo Deliberante, porque los protagonistas de la historia eran empleados municipales. En el medio también se cambió de abogado querellante (al principio estuvo José Barbagelata pero ahora, a la causa la tramita otro letrado).
«Nos decían que este era un caso político pero eso no es así. Acá hay un chico con Síndrome de Down que fue abusado y creemos que está siendo discriminado», apuntaron.
Los familiares recordaron que se hicieron entrevistas al chico, y que posteriormente se hizo una Cámara Gesell donde participaron funcionarios de Adajus. Pero ahora se espera una rueda de reconocimiento.

Datos para la prevención
Los abusos sexuales en personas con discapacidad intelectual, son más frecuentes que en el resto de la población. El riesgo que sufren las personas con discapacidad es alto, porque son muy vulnerables. Los agresores generalmente se encuentran en el entorno de la víctima: en el ámbito familiar, escolar, laboral, en el círculo de amistades, en la zona donde viven.
Los tipos de abuso posible son los mismos que para las personas sin discapacidad. Abuso sexual sin contacto, es decir el que se engloba en el acoso, pornografía, posturas indecentes, insinuaciones, exhibicionismo?; y abuso sexual con contacto, es decir el que refiere a tocamientos, masturbación, penetración o introducción de objetos, explotación sexual?
Para detectar un abuso sexual en una persona con discapacidad hay que tener en cuenta los siguientes aspectos: confidencias, insinuaciones, comentarios, comportamiento y lenguaje con alto contenido sexual, dibujos de contenido sexual, cambios repentinos de la conducta, rechazo repentino a una persona, ansiedad, miedos, fobias, baja autoestima, autolesiones y comportamientos suicidas, trastornos alimenticios, trastornos del sueño, dificultades en las relaciones interpersonales, promiscuidad sexual, problemas físicos como infecciones vaginales o urinarias, heridas en los genitales, hinchazón y dolor de panza.

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