Rosario Romero impone a su hijo como Jefe de Gabinete: malestar por su falta de experiencia e inoperancia
La intendenta de Paraná, Rosario Romero, decidió colocar a su hijo, Santiago Halle, al frente de la Jefatura de Gabinete en un movimiento que ha desatado indignación dentro del oficialismo y la administración municipal. Halle, quien llegó a la política únicamente por el peso de sus padres, nunca ha demostrado capacidad de gestión ni liderazgo propio, y su inoperancia es un secreto a voces en los círculos políticos.
«Santi», como lo llama su madre, no cuenta con el respeto ni el reconocimiento de sus pares. Su ascenso en la función pública ha sido una construcción familiar y no el resultado de mérito propio. Su único antecedente relevante es haber sido secretario de Gobierno, un cargo en el que tampoco dejó huella ni mostró grandes luces. Ahora, con el control de la Jefatura de Gabinete, la gestión de Romero se expone aún más a críticas por nepotismo y falta de profesionalismo.
El nombramiento de Halle deja en evidencia que la estructura de poder en Paraná está más preocupada por asegurar espacios a los suyos que por garantizar una administración eficiente. Esta decisión se suma a una serie de movimientos que han causado recelos en el oficialismo, incluyendo la designación de Enrique Ríos en Desarrollo Humano, la llegada de Fernando Quinodoz al Concejo Deliberante y el traslado de Mariela Ponce a la Unidad de Relaciones de Gobiernos Locales.
Con este nuevo esquema, la gestión de Romero no solo refuerza su carácter familiar, sino que también confirma la falta de criterio a la hora de designar funcionarios en puestos clave. La pregunta que queda flotando es si Paraná puede permitirse este tipo de improvisaciones en su conducción política.
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