DE ESTO NO SE HABLA

Educación  para el cambio climático

Esa parece ser la consigna política y comunicacional de esta sociedad : de esto no se habla! Una sociedad que le ha dado llave en manos a una dirigencia que no sabe de preocupaciones sociales sino solamente de intereses personales.

La semana pasada fue un espectáculo lamentable ver como se negociaban los votos de los Diputados  para aprobar el Presupuesto 2019, conductas democráticas vergonzantes de las que los ciudadanos debiéramos dar cuenta ya que son nuestros votos y nuestra conducta ciudadana , las que ponen en esos puestos a personas con tan bajo prestigio social y con semejante desprecio por la “cosa pública”.

Hay una tenaz persistencia de parte de lo que gobiernan,  y los que simulan ser oposición, en instalar una agenda ligada a los miedos que genera una economía en picada libre ,queriendo hacer creer que están protegiendo a los más “vulnerables”. Esto demuestra la precariedad conceptual con la que se hace política en Argentina  porque hay una convención limitadísima de lo que es “vulnerabilidad”. Esa agenda cargada de hipocresía, no tiene que ver esencialmente con el problema que afectará en los próximos diez años, según el pronóstico de las Naciones Unidas , principalmente, al hemisferio sur y que sí,  nos vuelve vulnerables a todos: el cambio climático y  sus consecuencias inmediatas.

De esto no se habla y se prefiere una agenda que por momentos nos acerca al hartazgo, en razón de que nos instalan en una crisis  económica de las tantas que hemos tenido y que por ese encuadre que se hace de la misma, dejan de lado los verdaderos problemas sociales encontrándonos ,  a esta altura del siglo XXI , ante una verdadera encrucijada de la que nadie habla.

El cambio climático, (calentamiento global) provocado expresamente por la mano del hombre vulnera todas las fronteras y nos iguala, al margen de cualquier situación económica, ante el avance irremediable de factores climáticos que afectarán fuertemente nuestra identidad social, transformándose en una verdadera  “bomba de tiempo” contra nuestra propia humanidad.

En los años 70, los que fueron Premio Nobel de economía,  aseguraron que dentro de 30 años serían irreversibles los daños que ocasionaría una economía basada en la profundización  del efecto invernadero de la actividad industrial. 2018, estamos cómodamente excedidos en el cálculo de esa ventana temporal y ya estamos viendo las consecuencias: migraciones masivas en busca de nuevos recursos de sobrevivencia, lluvias torrenciales que provocan inundaciones que arrasan con todo  lo material que se pueda exhibir como trofeo de distinción social, emergencia de enfermedades que se creían controladas y desterradas, epidemias con amenazas pandémicas, surgimiento de nuevas patologías orgánicas y sociales que generan profundos conflictos que ningún estado puede hacer frente sin el colapso entre sus manos.

Nada de esto es prevenible si no es con  EDUCACIÓN BAJO UN NUEVO PARADIGAMA.

Llegó la hora de pensar en serio, llegó la hora de repensar el sistema educativo como lo conocemos hasta ahora, llegó la hora de apropiarse de la tecnología en educación para dar el gran paso transformador. Hoy en muchos países, entre ellos  Brasil, ya un 30% del tiempo asignado a la formación de los alumnos se cumple fuera del sistema educativo. ¿Podemos seguir pensando en la obligatoriedad de una educación pública en manos de intereses personales y de políticos inescrupulosos?

Se veía en la TV del sábado por la noche al titular de la devaluada Secretaría  de salud, respondiendo a una demanda social de un grupo de personas que se había concentrado  en la puerta del canal , preocupadas porque no le dan solución a una problemática de salud concreta .En su respuesta se pudo observar una manifiesta  impotencia de origen económico del estado para atender semejante demanda, reduciendo un reclamo de vida o muerte de personas a una mera cuestión económica y la respuesta a los familiares fue que se está negociando el “precio del medicamento” .Precariedad de gestión s i las hay no?

Si bien es una actitud muy cuestionable de un funcionario  nacional de salud, una lectura más profunda del caso, nos permite ver  la impotencia para solucionar problemáticas que se vienen instalando y que hacen  cada vez más difícil tomar decisiones ,dejando en evidencia además, la soberbia y negligencia de una administración que esgrime un discurso de apertura, pero a la hora de la toma de decisiones hace de ello un rito sagrado encerrándose en su claustro político de dos o tres personas que pretenden conducir un país.

Decíamos que llegó la hora y sólo será posible enfrentar la situación, convocando a los que realmente saben, a los que no están pensando en la política de cargos, a los que realmente están alertando hace mucho tiempo sobre la gravedad de la situación y que aportan soluciones concretas en la formación de ciudadanos en distintos ámbitos educativos, a quienes hoy, ante la indiferencia del sistema formal, los vemos volcados a acciones de ONG como paliativo a una situación que se presenta  irreversible.

En el 2019, no debería aceptar la sociedad candidatos que no entiendan de estas cuestiones, que no  puedan acreditar profesión y trabajo relacionado con el CAMBIO CLIMÁTICO en todos los ámbitos: social, político y fundamentalmente,  educativo.

Sólo queda esperar que quienes se prepararon, sean escuchados y convocados, los hay  y muchos en el país, no importan nombres porque no son mediáticos, construyen desde la humildad  y la responsabilidad que la situación requiere. Si esta situación no es política de estado, la vulnerabilidad social frente al avance del cambio climático, sólo será vencida por quienes tuvieron la oportunidad selectiva de formarse.

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