LA CREDIBILIDAD DEL PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN POLÍTICA ALTAMENTE CUESTIONADA Y DEBILITADA POR LOS «ENSOBRADOS DE ENTRE RÍOS»

En la provincia de Entre Ríos, el periodismo de investigación política, que debería ser uno de los pilares fundamentales de la democracia, parece haber sido corrompido por un sistema de favores y «ensobrados» que distorsionan la función crítica y objetiva de la prensa.

Algunos de los nombres más destacados del periodismo entrerriano, como Daniel Enz de Análisis, Federico Malvasio y Pablo Bizai de Pagina Política, Ricardo Leguizamón de Entre Ríos Ahora, Oswaldo Bodean de El Entre Ríos, Canal 9 y Diario Uno forman parte de un circuito de periodistas que parecen estar más interesados en recibir altas sumas de dinero a través de pautas del Estado que en investigar y denunciar las irregularidades del poder.

Estos periodistas, dependen casi exclusivamente de las pautas publicitarias financiadas por organismos públicos. Dicha financiación no sería un problema si el trabajo periodístico que realizan mantuviera los estándares de rigor y equilibrio necesarios para una investigación objetiva. Sin embargo, lo que llama la atención es que los organismos de los cuales obtienen estos beneficios financieros son, curiosamente, aquellos a los que nunca investigan o sobre los cuales manejan un trato claramente diferencial.

La relación entre estos periodistas y el poder estatal ha generado un ambiente en el que ciertos sectores políticos y funcionarios parecen estar blindados de críticas o investigaciones incómodas. A través de sus artículos, estos periodistas han mostrado un patrón claro: mientras se ocupan de «linchar mediáticamente» a ciertos dirigentes o figuras que no pertenecen al círculo de poder que los financia, los verdaderos centros de corrupción y abuso de poder parecen quedar fuera de sus radares.

Este fenómeno de «ensobrados de Entre Ríos» no es nuevo, pero ha alcanzado un nivel alarmante en la provincia. Lo que vemos hoy en Entre Ríos es la consolidación de un modelo en que los periodistas que deberían investigar con profundidad las irregularidades de organismos como IOSPER, CEMENER, IAFAS, ENERSA o contratos truchos del INSTITUTO DEL SEGURO, etcétera, prefieren el silencio o la omisión calculada, mientras que los pocos que se atreven a hacerlo, sin financiamiento estatal, son invisibilizados o incluso atacados.

Es necesario que el periodismo en Entre Ríos recupere su independencia y su vocación de investigar a fondo las irregularidades sin importar de dónde vengan, incluso si esto significa poner en riesgo las jugosas pautas estatales que financian sus medios. Solo así se podrá garantizar que la prensa cumpla con su verdadero rol: ser el «cuarto poder» que fiscaliza, denuncia y expone las verdades incómodas, sin someterse a los intereses de quienes les pagan por callar.

FOTOMONTAJE

Comentarios