UN BOMBARDEO CONTRA EL PUEBLO
Matar a Perón era la consigna con la que fuerzas de la Armada bombardearon la plaza de Mayo aquel 16 de junio de 1955. Fue un ataque despiadado que descargó toneladas de explosivos contra la población civil, indefensa, y causó innumerables muertes. El país estaba en la antesala de un nuevo y sangriento golpe de Estado que se proponía mucho más que terminar con un gobierno democrático y constitucional. Lo que la autodenominada «Revolución Libertadora» intentó luego, en septiembre, mediante proscripción y fusilamientos, fue interrumpir el ascendente proceso de conciencia nacional del pueblo argentino. Querían dar por tierra con ese proyecto de unión, paz y emancipación nacional que supo encarnar el general Juan Domingo Perón. Ese proceso de justicia social que le había devuelto la dignidad a los más humildes. Ese era el objetivo profundo de aquellas bombas que se encontraron prontamente con la heroica resistencia del pueblo trabajador.
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