Gustavo Bordet está muy preocupado por las actitudes irracionales y violentas de la oposición

CRITICAS QUE DESCONOCEN LA PANDEMIA

Cuando pasa un gobierno neoliberal, queda tierra arrasada. El país queda más pobre, más desigual y más endeudado. Los argentinos lo sabemos muy bien pues tuvimos tres etapas que nos marcaron a fuego con ese sello: la última dictadura militar, la década de Menem y De la Rúa y el cuatrienio de Mauricio Macri.

El maltrato económico al que fueron sometidas las mayorías populares es el signo distintivo de esas experiencias; las elites en cambio fueron las grandes beneficiadas por la gigantesca transferencia de ingresos en su favor y la fuga masiva de capitales al exterior, que es una de las causas principales del brutal endeudamiento.

De estas consecuencias económicas se habla corrientemente, de lo que no se habla tanto es de la presión política a las que quedan sometidos los gobiernos populares, que vienen a arregla la situación, y los condicionamientos que afectan su capacidad de gestionar en el escenario nacional.

En ese marco, el Gobernador, Gustavo Bordet, tildó de «muy injusto» al hecho de que dirigentes de la oposición le endilguen al Gobierno Nacional la responsabilidad por la actual crisis económica y social que se vive en el país. Y recalcó que la presidencia de Alberto Fernández «tiene nada más que nueve meses». «Esto es un despropósito», fustigó.

«Que la oposición, de manera irracional y con una violencia inédita para un gobierno democrático y legítimamente constituido, lo ataque de esta manera», añadió. «Claramente, la situación fue generada por quienes quieren volver a aplicar estas políticas», neoliberales advirtió.

La Opinión Popular

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