Si bien los líderes siempre tienen un importante rol social, durante una crisis como la que vivimos, son imprescindibles. Y si bien los partidos políticos tienen una doctrina y un programa político, el líder es el que los encarna, los ejecuta y los trasmite con su ejemplo.
Esto viene a cuento por las declaraciones de los concejales que en plena crisis justificaron un aumento en sus dietas que llevan $ 100.000 para la cartera de la dama, y $ 100.000 para el bolsillo del caballero. Cifra que ganan sin dedicación exclusiva.
Oí dos de los dirigentes locales de la Revolución de la Alegría justificando el aumento, tan ético y oportuno. Dijo uno de ellos cuando le hablaron de bajarse los sueldos: «La gente no quiere gestos, quiere estar mejor, quiere políticas de Estado».
En la facultad de psicología se lo podría poner como ejemplo de cínico. Es que este concejal no sólo justificó su aumento de sueldo sino que, como «política de estado», avaló la irracional decisión de comprar una playa cuando no hay en la ciudad agua potable, cloacas, ni conectividad; avaló comprar una chacra de 21 ha para un parque seco del año 3000; y avaló el nombramiento de 82 funcionarios para que se amontonen en los pasillos sin hacer nada.
El menosprecio, la desvinculación, la falta de empatía con la gente común no puede ser mayor. Se llenan boca de inclusión, oportunidades, solidaridad, etc. Todas mentiras. Se apoderaron del Estado para su beneficio. En el Hospital están haciendo un desastre. Tienen venezolanos trabajando por dos pesos con cincuenta, pierden más tiempo en reuniones y asambleas apretando al personal, que brindando servicios. Es un caos, y así todas las áreas. Si no fuera dramático, causan gracia estos proto Maduritos.
Gualeguaychú y sus 237 años de historia no se merece lo que le está pasando. Se equivocó, votó mal, pensó que iba a ser distinto. Nunca fueron líderes, siempre fueron una mentira y la crisis los dejó más al descubierto.

TÍTULO: ER24
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