MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA POR SIEMPRE.
Hoy, 24 de marzo, se conmemora en el país el Día de la Memoria, producto del derrotero que tuvo la República Argentina a partir de sucesivos golpes de Estado que produjeron las Fuerzas Armadas.
Voy a ser breve, y al final tendrán ustedes la premonitoria carta que el periodista Rodolfo Walsh enviara a la Juntas Militares, en la que advertía lo que ocurría en el país y por el cual fue secuestrado y asesinado.
La historia se ha escrito en función de algunos, cuando en realidad debería ser mucho más amplia, jamás mezquina y siempre generosa para que los hechos no vuelvan a ocurrir y para que haya conciencia colectiva que desde el 6 de septiembre de 1930, cuando lo derrocaron a Hipólito Yrigoyen, hasta el 24 de marzo de 1976, los que perdieron son el país, los argentinos y, sobre todo, quienes luchaban por una Argentina mejor.
Lamento decir que el peronismo -partido popular junto con el radicalismo- ha intentado apropiarse de estos luctuosos hechos que desde 1930 sufrió la república. Por lo tanto, para poner la vara en el medio, quiero recordar y homenajear a Sergio Karacachoff, Mario Abel Amaya, Luis Ramón Aredez y fundamentalmente a quien vive y es una de las glorias de la democracia y del radicalismo, Hipólito Solari Yrigoyen, que sufriera el primer atentado que hizo la triple A y luego otros dos atentados más.
También lamento decir que cuando Raúl Alfonsín envió el proyecto de ley para derogar la autoamnistía que los militares quisieron imponer, el peronismo no acompañó la decisión de derogarla. Sí podemos decir que tuvieron sus víctimas y sus muertos.
Creo que el Juicio a la Junta Militar y toda la política posterior de derechos humanos hacen pensar que sobrevuele en Argentina el “Nunca más” y la posibilidad de una democracia que tenga más de 40 años y que dure para siempre.
Se observan en las fotos a Sergio Karakachoff, militante radical de La Plata; Mario Abel Amaya, diputado de la Nación; Ramón Aredez, médico del ingenio azucarero de Jujuy, y Ricardo Balbín visitando a Hipolótito Solari Yrigoyen después del atentado de la Triple A.
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