El Senado no sesiona desde el 17 de julio y, mientras la agenda de reuniones de comisión permanece sin fechas marcadas. Estiman que lo más probable es que el recinto no vuelva a abrirse hasta después del 27 de octubre.
La contundente derrota que sufrió el Gobierno en las primarias de agosto y la profundización de la crisis económica derivó en una paralización de la actividad del Congreso y particularmente del Senado, donde tanto el oficialismo como la oposición ven muy difícil que haya sesiones antes de las elecciones de octubre.
El Senado no sesiona desde el 17 de julio y, mientras la agenda de reuniones de comisión permanece sin fechas marcadas, distintas fuentes de la Cámara alta coincidieron al ser consultadas por NA en que lo más probable es que el recinto no vuelva a abrirse hasta después del 27 de octubre.
Así, el Senado se encamina a una parálisis casi total que empezó a vislumbrarse con la suspensión de todas las reuniones de comisión que estaban en la agenda para esta semana, empezando por la Bicameral de Control de la Deuda Externa a la que iba a concurrir el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza.
De la misma forma se suspendieron las reuniones de las comisiones de Presupuesto y Hacienda, de Industria y Comercio, de Defensa Nacional y de Relaciones Exteriores y Culto.
El Senado se encamina a un nivel de actividad que podría ubicarse en el mínimo histórico, debido a que en lo que va del año solo hubo ocho sesiones, la última de ellas el 17 de julio pasado.
No obstante, la escasa actividad parlamentaria en este año atañe a las dos Cámaras del Congreso si se tiene en cuenta que en el primer semestre de 2019 se sancionaron nada más que nueve leyes, la cantidad más baja desde 2012 según un informe de la Fundación Directorio Legislativo.
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