Edgardo Kueider habló de la estrategia de campaña de Bordet y destacó el camino trazado por el gobernador.
El secretario General de la Gobernación y jefe de campaña del Frente Creer, Edgardo Kueider, habló de la estrategia que llevó a Bordet a ganar por 25 puntos a Cambiemos.
«Desde un primer momento nos propusimos escuchar a la gente”, sostuvo. Reivindicó el rol de la militancia, la buena coordinación con las redes sociales y la comunicación digital. “El peronismo es futuro”, lanzó.
Luego del triunfo del Frente Justicialista Creer Entre Ríos sobre Cambiemos por 58 por ciento contra 33 por ciento de los votos, Kueider analizó el escenario político de la provincia y reveló detalles de la estrategia que le permitió al peronismo recuperar 300.000 votos en apenas dos años.
«La unidad del peronismo junto a todos los sectores que hoy integran el Frente Justicialista Creer Entre Ríos fue determinante. Necesitábamos dejar atrás discusiones que tienen más que ver con matices que con cuestiones de fondo y poder avanzar en un acuerdo programático de unidad”, reconoció el jefe de la campaña de Bordet.
¿A qué atribuye el amplio acompañamiento que la gente le dio a Bordet en toda la provincia?
-Principalmente a una forma de relacionarse que es propia de Bordet y que decidimos potenciar a través de la comunicación. El gobernador es una persona muy sencilla, humilde, ordenada y conocedora también de la provincia. Y esos son rasgos que la gente valora mucho, en especial en los pueblos y ciudades del interior de la provincia. Los que lo conocemos sabemos que Bordet es como se muestra: un hijo de Entre Ríos. Alguien transparente y que se preocupa por las cosas. Yo creo que ahí está en gran medida el secreto de la relación que pudimos entablar con los entrerrianos a través de las distintas estrategias de comunicación.
– Bueno, pero al principio esto no fue tan notorio. ¿Qué cambió en el medio?
-Ahí creo que lo que jugó un rol central fue la capacidad de escucha. Un dirigente tiene que saber escuchar. Y nosotros veníamos de un escenario muy complejo como lo fue diciembre de 2015, donde gran parte de la población había mostrado un descontento con el peronismo. Ganamos por muy poco y en apenas unos meses el escenario se modificó mucho en favor de Cambiemos. Necesitábamos interpretar esa demanda, poner las barbas en remojo. No fueron meses fáciles en ningún sentido: un gobierno nacional de otro partido político, una situación fiscal muy compleja y en el medio inundaciones. Y nosotros recién comenzando la gestión. Sin embargo siempre las crisis son una oportunidad para aprender.
-¿Pesaron mucho las criticas del propio peronismo?
-Por supuesto que pesaron e insumieron mucha energía. Hubieron momentos muy duros, con grandes costos en lo personal. Innecesarios a mi entender también. Pero la primera responsabilidad siempre es ante la gente. Y nosotros teníamos un convencimiento que surgía de la responsabilidad que implica estar al frente del Poder Ejecutivo. Sólo el que tiene que pagar los sueldos todos los meses sabe el verdadero peso de sus decisiones. Así que bueno, tuvimos que poner prioridades y pensar estrategias para ordenar la provincia en medio de una situación macroeconómica que rápidamente comenzó a deteriorarse, perjudicando también los recursos de la provincia. Y ahi es donde más política hace falta porque hay que ponerse de acuerdo con actores institucionales que quizás tienen otros intereses políticos. Y sin embargo se pudo, se pudo ordenar la provincia llevando transparencia a las cuentas públicas, se pudo ordenar el gasto, se pudo reducir la deuda, se pudieron mantener programas sociales, aumentar la inversión en salud, hacer obras de infraestructura, reactivar los puertos y pagar los sueldos en tiempo y forma.
Siempre hay cosas para discutir, que si se hubiera podido hacer mejor esto o aquello, pero lo cierto es que pudimos dar cuenta de nuestras responsabilidades como funcionarios públicos y lo que es mejor aún, pudimos también brindar al peronismo una salida a la crisis en la que nos sumergimos en 2015 cuando perdimos el gobierno nacional. Con Gustavo Bordet a la cabeza hoy el peronismo vuelve a representar la esperanza del pueblo entrerriano y contribuye a mantener viva la esperanza en lo nacional.
-Qué le diría a los que los criticaron tanto en todos estos años
-Nada. La política es así, y además es circular. Hoy nos toca ocupar un rol y mañana otro. Lo importante es mantener las convicciones y el objetivo.
El resultado de las PASO fue la consecuencia de una estrategia que venimos armando desde comienzo de la gestión, porque pudimos prever el complejo escenario en el que habíamos quedado en 2015. No reconocer eso y seguir en la misma estrategia sería de una necedad enorme. Sin embargo, con paciencia, con gestos claros, poniendo la pelota en el piso, como se dice en el fútbol, logramos renovar la confianza de la gente en el peronismo y eso se vio reflejado cuando Bordet ganó en 16 de los 17 departamentos que tiene Entre Ríos. Un resultado tan elocuente como comprometedor, porque ahora tenemos que trabajar para sostener esa diferencia el 9 de junio en las elecciones generales. Pero, como dice a diario el mismo Bordet, creemos en lo que hacemos y así, de manera franca, iremos nuevamente a elecciones en junio.
-Ud. ha tenido además un rol bastante llamativo estos años recorriendo los PJ de cada ciudad y recibiendo críticas muchas veces. Cómo evalúa el impacto de ese trabajo hoy.
-Bueno, en primer lugar quiero decir que yo soy afiliado al PJ desde muy joven, participé en elecciones internas de la juventud del partido y así es como llegué a ser concejal de Concordia también en años muy difíciles, como lo fue el periodo 1999 al 2003, cuando se aplicaron políticas idénticas a las que hoy está llevando a cabo Macri. ¿Qué quiero decir con esto? Que soy un militante del peronismo y que me encanta poder aportar al fortalecimiento de nuestro partido. Por eso esas recorridas de las que Ud. habla, que se dieron entre 2017 y 2018, más allá de las tensiones lógicas que había, eran para mí una tarea muy necesaria. El gobernador me pidió que lo hiciera primero porque hay que escuchar a los compañeros que son los que todos los días ponen el hombro en el barrio para llevar adelante el proyecto, y segundo porque si tenemos una estrategia determinada hay que poder hablarla con los compañeros. Y eso fue lo que hicimos. Recibimos críticas, algunas más organizadas que otras, y también apoyos. Pero fundamentalmente dimos la cara, pusimos la oreja y atendimos a los militantes. Cosas que no siempre se hicieron. Y eso hoy dio sus frutos.
De ese trabajo fue que surgieron dos piezas claves de la estrategia que ganó las PASO: la necesidad de la unidad con todos los sectores del peronismo y de las fuerzas afines, y el conocimiento necesario para llevar a cabo las estrategias en cada departamento y localidad. Fue un trabajo de articulación muy amplio. Pero también una instancia de formación en lo personal y en lo político muy enriquecedora. Sin dudas que eso también contribuyó a la hora de dialogar y negociar con actores nacionales como el ex jefe de gabinete, Alberto Fernández.
-¿El kirchnerismo fue un obstáculo para la estrategia de Bordet?
-Para nada. El kirchnerismo, como tantas otras expresiones del peronismo, hacen a la riqueza del movimiento justicialista del que hablaba Perón. El arte de conducir requiere la capacidad de encontrar los puntos en común entre todas esas expresiones y articularlas en una estrategia. Eso fue lo que hicimos en definitiva y cada vez estoy más convencido que fue la estrategia correcta. Los resultados lo demuestran. 25 puntos de diferencia. Un resultado inobjetable que ratifica el rumbo y el liderazgo de Bordet. Algunos lo entendieron recién este domingo, pero la gente es la que determina el rumbo. Por eso es tan importante mantener la humildad y aprender a escuchar antes que hablar. Nunca me dejé llevar por los dueños de la verdad.
-Por último ¿cómo fue la apuesta desde lo comunicacional? Muchas veces se le quitó importancia a la imagen de Bordet diciendo que no se traduce en votos. ¿Qué cree ahora?
-El comportamiento de la imagen de Bordet es un caso de estudio. Excepto algunos episodios puntuales su imagen se mantuvo siempre alta y, lo que es más llamativo, constante, pareja. Logramos el 58 por ciento de los votos, y la imagen de Bordet siempre estuvo en un 60 por ciento de promedio. A veces un poco más. Pero 60 de promedio.
Y eso se fidelizó a través del voto. En eso creo que jugó un rol central la comunicación. En principio la comunicación de la gestión que nunca se personalizó y se ajustó siempre a comunicar los actos de gobierno, las obras que se iniciaron, las políticas sociales, etc. Pudimos modernizar muchos aspectos de la comunicación institucional, incluso en el plano de la estética y los estilos. Brindar más espacio a las redes sociales que son un canal de diálogo increíble, en especial con los jóvenes.
Luego la comunicación política propiamente dicha, que estuvo atravesada por esos valores de austeridad, diálogo, moderación y transparencia que Bordet expresó desde un primer día. La decisión fue trasladar eso mismo a la comunicación, conscientes de que la forma también es parte del contenido. Y así fue como construimos un camino nuevo. También, abriéndonos paso entre criticas muy severas. Pero confiados y con humildad. Y ahí está también la clave de este vínculo, de este diálogo de Bordet (y del peronismo) con la gente.
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