ASI TENÉS QUE VOTAR A LA LISTA 502B DEFENSORES DEL CAMBIO… Y TENÉS LA LIBERTAD DE CORTAR LA BOLETA Y ELEGIR EL PRESIDENTE QUE QUIERAS.

Bordet necesita ganar para ajustarse a cualquier escenario

PANORAMA POLÍTICO PROVINCIAL

Los gobernadores peronistas, como Gustavo Bordet -ya tranquilo con su reelección-; los justicialistas que van a asumir como nuevos mandatarios, y el resto de los opositores a la gestión nacional con responsabilidad en los ejecutivos provinciales, tienen la obligación de ganar las elecciones de legisladores nacionales en sus distritos, no sólo para aportarle votos a la fórmula presidencial que respaldan sino, y principalmente, por si llega a imponerse el binomio conservador de Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto.

Es una cuestión de supervivencia política e institucional: deben prepararse lo mejor posible no sólo para triunfar, sino para enfrentar el peor de los escenarios. La capacidad de negociación de los jefes provinciales con la Nación depende del número de legisladores nacionales que les respondan, porque representan sus intereses políticos, y el de sus respectivas provincias, en términos federales.

Son las cartas con las que pueden jugar en la mesa de las discusiones a la hora de tratar sobre recursos y obras públicas a cambio de leyes del poder central. Cuanto mejor sea la performance electoral, más ventajosa será la posición de los gobernadores opositores para pararse frente a un eventual panorama nacional adverso. Con más parlamentarios propios, por si los Fernández, tropiezan en las urnas.

Frente a una posible victoria de Macri, los gobernadores peronistas podrían quedar bien posicionados de cara a las duras tratativas que sobrevendrían con el poder centralista porteño si consigue estructurar un sólido y numeroso bloque de diputados del interior federal.

Sin embargo, hay que prestarle atención a otras posibilidades, en especial a las consecuencias de la dedicación y el empeño que podrían ponerle los jefes territoriales provinciales a los comicios nacionales. Por ejemplo, al impulso de los gobernadores peronistas por ampliar su hegemonía política en el plano nacional -logrando más bancas para sus provincias-; y a la pelea, palo y palo, que se va a dar en Buenos Aires.

El combo puede provocar un impulso tal que derive en el triunfo de Alberto Fernández y Cristina Fernández. Y, si el impulso desde el interior federal es significativo y efectivo, hasta se podría pensar en una victoria del peronismo en primera vuelta. Un sueño que, desde que hay balotaje, concretaron Carlos Menem (1995) y Cristina (2007 y 2011).

Cuestión de observar hacia dónde va la opinión de los indecisos, que por ahora sólo recibe como acción proselitista muchas chicanas y golpes bajos de parte del oficialismo. Nada de propuestas sobre qué harán para mejorar el país y asegurarles más bienestar a sus habitantes.

Comentarios