
Adan Bahl no aparece ni va a aparecer en ninguna convocatoria de campaña porque si le sueltan la mano pierde entidad.
Bahl vive de prestado, se acomoda junto al gobernador para lograr imagen porque si va por las suyas no existe en la conciencia de una ciudad necesitada de liderazgos y no de dormilones de largas siestas provincianas.
No es eso lo que queremos los paranaenses.
Sergio Varisco puso en juego su propia vida para poner todos los días en valor a la ciudad, pero habìa que sacarlo de la escena porque comparativamente el resto (y los números asì lo demuestran) quedaban como furgón de cola.
Triste papel el de un hombre pretendidamente político que lo único que ha sabido hacer es colgarse de cuanto saco se le puso a tiro para vivir de la comodidad del estado que le paga las cuentas.
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