En esta fecha , se da inicio al período de continuidad democrática  y a partir de allí, como Ciudadanos no pudimos dar cuenta de la magnitud de ese acontecimiento. No importa la pertenencia o no al radicalismo, el Presidente Alfonsín es patrimonio de la Democracia en Argentina y no se debería esperar que sólo los radicales, honren su figura.

A 35 años  y en tiempos de alta crisis de los principios democráticos que, en buena parte fueron enarbolados por Raúl  Alfonsín y a quien dejamos pasar sin el reconocimiento que mereció su fuerte jugada democrática.

Haber obligado al Presidente Alfonsín  a adelantar la entrega del mandato constituyó no sólo una zancadilla a la democracia sino  la primera gran estafa política en tiempos de democracia, en la Argentina.

El estar caminando todavía sobre las brasas de una dictadura que se negaba a dejar el poder y el trabajo realizado por distintas corporaciones políticas, económicas,religiosas, etc., que veían  amenazado su poder con la continuidad democrática, tomaron desprevenidos a los ciudadanos que ilusionados con la salida de la dictadura, creyeron que arreglar el país era una cuestión de magia y no  alcanzó el gran esfuerzo del Presidente Alfonsín por reinstalar las instituciones democráticas y sobre todo, la Corte Suprema de Justicia como principal herramienta de funcionamiento de la democracia.

A 35 años y en el proceso de maduración democrática, debemos entender que fuimos objeto de una manipulación absurda que se manejó exitosamente en una sociedad devastada educativamente y avasallada tencologicamente, un combo explosivo que posibilitó que la democracia tan soñada empezara a transitar por los oscuros pasillos de la política inescrupulosa y que , en ese camino, se perdieran los principales principios con los que votamos en 83:  libertad, compromiso y participación.

Los años que siguieron, de la mano de políticos salidos de las sombras de la dictadura, hambrientos de poder por lo tanto sin formación ciudadana, instalaron una agenda que no pudo superar los escalones de la economía, olvidando que esta es una ciencia social y la transformaron  en un telón de fondo de todas las decisiones de construcción, principalmente electorales. Los partidos políticos se transformaron en espacios de decisiones de linaje para perpetuarse en el poder que decidieron una cuestionable clasificación de los ciudadanos: son de primera los afiliados y de segunda los no afiliados para participar en cualquier contienda electoral . El ser independiente no te da categoría ciudadana para poder conformar espacios de decisión lo que no permitió avanzar  en las renovaciones tan deseadas del Presidente Alfonsín, quien sí estuvo convencido que el diálogo y la circulación de los espacios por distintos actores, era la construcción de un futuro mejor

El discurso mutó del “ no se debe” dictatorial, al “todo vale” democrático y en este paradigma creció la democracia hasta llegar al 2018 , año en el que podemos ver la hilacha del engaño y lo que es peor, estamos pagando las consecuencias de ese desfalco democrático: 40% de pobreza!!!!

Este desfalco democrático no es patrimonio de un partido político, sino de toda una sociedad que no supo, no quiso o no pudo defender esos valores. Las investigaciones periodísticas de todos los días, y   el despertar selectivo de la justicia , ponen al descubierto la brutal matriz de corrupción social ,unos por robar los otros por no comprometerse. Prendió fuerte el discurso de las corporaciones del “no te metás”, para que se les permita hacer lo que hicieron. Hoy la tecnología permite estar al tanto al instante, por eso llegó el momento de revalorizar, redescubrir y encumbrar los valores democráticos con los que soñamos el 30 de octubre de 1983. ALFONSÍN fue el portador de esa gran apuesta y es hora de ponerlo en la galería de los GRNADES PRESIDENTES ARGENTINOS.

 

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